Libreta 1 [primeras páginas.]
Déjala soñar,
Dormida o despierta.
Recostada en tu pecho o sentada entre tus piernas.
Déjala balbucear sus más profundos secretos o escucha su interminable silenció.
Sujeta su mano incluso cuando esté teniendo una pesadilla, abrázala y limpia sus lágrimas, procura entonces susurrar en su oído que todo estará bien, y por más inquieta que sea, jamás te iras de su lado.
Pero jamás, en ninguna circunstancia la vayas a despertar.
—5:26 pm.
Y entonces descubres ese encanto que tiene ella de ser mujer, el verdadero significado, desde luego.
Te quedas allí viéndola mover su cabello bajo el contraste perfecto de los destellos del sol que se aferran a cada fibra castaña de su cabeza.
Te das cuenta de las constelaciones secretas que mantiene escondida entre sus ojos y de como la primavera crece en sus labios.
Pronto sabrás lo que es sentir como se te va la vida en un suspiro cuando ella está cerca, tan cerca de ti que puedes divisar sus pequeñas pecas y como arruga su nariz cuando recibe un cumplido. Siempre se le ha dado fatal eso.
Pero aún así con cualquier defecto que ella dice tener es imposible no amarla.