Quisiera dibujarte, con cada una de tus curvas fascinantes en tu cuerpo siendo un óleo perfecto , usar mis dedos para repasar tu silueta de principio a fin, quisiera poder amar cada uno de tus lunares que se esconden en tu piel, acariciar tu cabello sintiendo cada pequeño fibra ser repasada entre mis dedos, y perderme en tu boca, morder aquellos labios carmín que podría ser mi propia religión, quisiera tenerte cerca, amarte con reciprocidad y los sentimientos a flor de piel, quisiera que estuvieses aquí para poder hacerte feliz, hacerte tan feliz como nunca antes has sido.
Ella continuaba con la transfusión de mis sentimientos y sensaciones, sin pararse a pensar un instante en el daño que eso podía hacerme. Y, cuanto más veía yo que no se daba cuenta, más doloroso resultaba. Aún así no cambiaría nada, porque todo con ella valía, valdrá y valió la pena.