Capitulo 1

¿Nublado?... hace más de un mes que el cielo se encuentra cubierto por nubes grises, no es que me desagraden los días nublados, no, de hecho es todo lo contrario, pero lo que si me desagrada es que justamente en un día tan lindo como este, mucha gente transita las calles. Todas la calles se encuentran húmedas por la lluvia anterior, algunos charcos enlodados se oyen que salpican con los paso de la gente. Es curioso que la gente camine al lado contrario hacia donde yo voy, la gente pasa golpeándome algunas veces, sin siquiera disculparse, algunos sumidos en sus temas de conversación sobre la empresa, sus familias u otros problemas cotidianos de trabajo o personales. Otras solo hablan a través de sus teléfonos celulares, suelo imaginar que las personas al otro lado del teléfono con quien se comunican son: la esposa, los hijos, hermanos, tíos, amigos, socios de negocio... e incluso, tal vez, no se... la amante. ¿¡Que!? Uno nunca sabe lo que las personas ocultan. Pero preferiría evitar ese pensamiento.
Algunas personas simplemente caminan con su típica expresión y aire de "soy un excelente ejecutivo y todos ustedes están por debajo de mí", siempre he odiado esa faceta de superioridad, no me molesta que se valoren a ellos mismo, pero tampoco es bueno sobrevalorarse. Además, odio esa faceta ya que me recuerda a mi padre, no es más que un maldito bastardo traidor que se dedicaba a hacerle la vida imposible a mi tonta madre, si ella era una tonta por dejarse mangonear de la peor forma, por alguien que no vale la pena.

Sigo chocando con algunos hombros de las personas que camina en dirección opuesta a mí, pero no se detienen, siguen con su trayectoria como si solo hubieran pateado una basura.

-¡Idiota!- escucho un grito seguido de una fuerte carcajada.

Levanto mi rostro buscando esa estúpida risa... y pues no me sorprende ver la escena tan deprimente. Los jóvenes de ahora se nota que no tienen nada que hacer para que sus vidas no sean tan aburridas. Observo como un grupo de muchachos de unos 16 años molestan a un indigente, se ríen, lo insultan verbalmente para después agredirlo con golpes, el señor es incapaz de defenderse, intentar cubrirse de manera inútil. Sigo mi camino, pero algo me perturba, una pregunta. ¿Por qué no hice nada? solo lo ignore y seguí como si nada hubiera pasado, no digo que no me importe, al contrario me da mucho coraje, pero aun no tengo el suficiente valor y coraje para defender a otra persona, ni siquiera puedo defenderme a mí. Camino unas cuadras más sin prestar atención a nada de lo que me rodea... escucho un ruido agudo.¡Demonios! ¿Es enserio?

El maldito sonido de las bocinas de los carros me desespera, no entiendo porque gritan y hacen sonar el claxon, eso no hará que el tráfico desaparezca o que lleguen rápido a sus respectivos trabajos. Camino 17m y aún sigo escuchando ese maldito ruido.
Por fin me alejo por completo de aquel infierno, el solo hecho de pensar que algún día seré así me enferma. Llego finalmente a mi casa en donde todo es tranquilidad...

-¡Te dije que no! - bueno casi.
-Pero tía, la mayoría de mi salón va a ir - gritó mi pequeña y latosa hermana dando una explicación, no válida para mí, a mi tía.
-¡Por mi puede ir el presidente, pero tú no vas!- dijo mi tía dando por terminada la conversación.

Mi hermana molesta se fue a su habitación, cerrando la puerta "algo" suave, encendió el estéreo a todo lo que el pobre aparato daba.

- Dios - suspiro algo cansada por la discusión, en donde nadie parecía haber notado mi presencia.
- ¡Génesis! Gracias a dios que llegaste - exclama mi tía algo alterada - Por favor, has entrar a tu hermana en razón y dile que lo que quiere hacer es totalmente una locura - ok ¿Cuál era la razón por la que mi tía estuviera actuando como una histérica? - ¡Quiere que la deje ir a un antro! - ok creo que ya entiendo ahora.

Mi tía Celeste realmente habla y actúa como si el mundo se fuera a acabar en 3 segundos. Tiene 48 años aunque su aspecto no lo aparenta, usualmente mi hermana y yo solemos bromea que ella es la nueva Madona, no piensen que no quiero a mi tía. A veces ella suele desesperarme ya que cree que vivimos en una época en donde "Julieta espera a su Romeo", algo estúpido para mí, además considerando que ella no cree en el amor, tiene una mente muy cerrada. Ella mide exactamente 1.60m, su cabello es café caramelo con algunas luces rubias y es corto, por arriba de los hombros, ojos color ámbar, su piel es algo rosada, es algo robusta pero de buen cuerpo.

- No te preocupes, hablare con ella - le digo para tranquilizarla.
- ¿Enserio? ¡Gracias! - mi tía se fue con una enorme sonrisa en el rostro.

Ahora tengo que pensar de qué forma tenía que hablar con mi hermana, medito todas mis palabras mientras camino hasta llegar a la puerta de su habitación, pero al llegar todo el discurso se había borrado de mi cabeza. Estiro mi mano para girar la perilla, pero al momento de intentarlo esta se atascó como era de esperarse. Sacó una llave de mi bolsillo y la introduzco en el cerrojo, giro nuevamente la perilla abriendo la puerta.

La habitación de mi hermana se encuentra limpia... raro. Su habitación es de color verde limón, la cama se encuentra en el centro del cuarto, tendida con sábanas blancas, una frazada café y una almohada blanca. Arriba de la cama se encuentra una pequeña repisa, donde están varios peluches de diferentes colore y varios animales, a los lados de la cama 2 buros de color blanco. En el buro izquierdo esta una lámpara de lava color verde y un cuaderno con una pluma. En el buro derecho se encuentra una lámpara de noche color café claro. En la esquina superior derecha de la habitación esta una ventana con balcón con vista hacia la ciudad, la ventana tiene cortinas blancas. Al lado izquierdo de la ventana hay un pequeño cuadro blanco en donde se encuentran pintadas una rosas blancas. En la esquina inferior derecha está un sillón con una pequeña pila de libros, al lado de este a unos 30cm enfrente de la cama esta un tocador minimalista blanco con varios accesorios, como: perfumes, maquillaje, productos para el pelo, esmaltes, peines, entre otras cosas. En la esquina superior izquierda de la habitación se encuentra un pequeño guardarropa color blanco, como a 1m, está la puerta de salida por donde acabo de entrar y en el piso hay una alfombra, que se extiende a lo largo de toda la habitación, de color café, en donde se encuentra una laptop verde.

Mi hermana se levantó rápidamente de la cama apagando el estéreo y se dirigió hacia mí.

-¿Que te dijo? - me pregunta algo molesta y con una mirada desafiante.

El nombre de mi hermana es Laila. Es 4 años menor que yo, su piel es algo morena, su cabello es largo, arriba de la cintura de color castaño, algo ondulado, su fleco esta de lado y cubría parte de su ojo derecho, sus ojos son de color café claro, casi queriendo llegar a verde, su carácter es rebelde, es extrovertida y testaruda, su personalidad es alegre y muy imaginativa, mide 1.55m y pesa 53kg, le gusta estar siempre a la moda. Constantemente combina la ropa de acuerdo a los colores, su pasatiempo favorito es dibujar y leer literatura erótica, le gusta diseñar, esa es su pasión, su color favorito es el verde o el café. Odia que le den ordenes, tener que cumplir con las labores de la casa, como lavar trastes, barrer, trapear, o lavar la ropa, en general todas las labores de la casa, y algunas responsabilidades de una muchacha de 14 años por ejemplo: la escuela. Le gustaría estudiar la carrera de Diseño Gráfico y especializarse en Modas Textiles o Diseño de Modas, pero no le pongas un libro de matemáticas por que le empieza a dolerle la cabeza. No digo que no sea inteligente, pero es muy floja.

Yo tengo ciertas características de ella, pero no son muy notorias... a quien engaño seremos hermanas y nos pareceremos tanto como diga la gente, pero somos totalmente distintas. Yo soy de piel blanca, cabello negro muy lizo y largo debajo de mi cintura, mi fleco es diferente al de ella ya que el mío es parejo pero degrafilado, ojos negros, mi carácter es ser rígida, introvertida, reservada, mi personalidad, es tímida, seria, muy orgullosa, en especial no tengo nada de confianza en la gente, pero mi temperamento es otra cosa, a mi hermana le pueden decir algo malo y ella ya quiere matarlos, yo... más bien paso como si realmente nunca hubieran existido para mí, mido 1.60m y peso 58 kg, nunca me ha interesado la moda, de hecho soy de las personas que si encuentra algo limpio en su armario la agarra y se lo pone, a diferencia de otras que quieren combinar todo, no batallo con esas cosas irrelevantes... para mí. Mi color favorito es el azul o negro, mis pasatiempos son leer: leo de todo, ciencia ficción, terror, drama, romance, erótico, clásicas, etc., lo único que no me gusta demasiado es la comedia, a veces sí y a veces no, creo que es depende de mi estado de ánimo. También me gusta escribir, usualmente intento escribir de todo pero lo que siempre sale de mi es una historia romántica. Me dicen muchas veces que las historias de amor me salen muy bien, pero yo en lo particular no creo mucho en el amor.

Si tal vez la gente piense que algo malo me paso, engaños de algún novio, ruptura dolorosa, etc., pero no, tal vez es solo que mi tía me lavo el cerebro durante los años en lo que ella estuvo dolida con su ex-pareja, y ahora quiere hacerme cambiar con respecto a que debería ser más linda con los chicos que se me acerca… eso es raro. Escucho música todo el día, siempre trigo los audífonos puestos y el volumen al máximo, de hecho la gente que va por las calles y me saluda, no les prestó atención y pasó de largo como si nunca los hubiera visto. Lo que más odio es el desorden, soy de las personas que les gusta que un lugar este ordenado y espacioso. Tengo responsabilidades muy grandes nada que no pueda solucionar una chica de 18 años, pero tal vez la que va empezando esta edad si es algo difícil, por ejemplo el ir a la universidad de 9:00am a 6:00pm de la tarde e ir a trabajar los fines de semana, si es algo difícil. Estoy estudiando la carrera de Filosofía y Letras, me siento muy satisfecha a pesar de ser mi segundo semestre.

Pero olvidemos eso, regresando con mi latosa hermana. Laila trae puesto una blusa color verde, con un estampado de un hurón café con negro, de manga larga, unos shorts de mezclilla cafés y unas calcetas de color negro que le quedaban por debajo del muslo.

- Me dio toda una historia de una novela en pleno drama - digo cruzándome de brazos recargada en el marco de la puerta y rodando los ojos.

Yo traigo puesta una blusa negra de manga larga, unos jeans color azul marino, unas botas negras que me quedaban por debajo de las rodillas.

- Hermana tú la convencerás de que me deje ir ¿verdad? - ¡Otra! ¿Que era yo? ¿La dependienta de mi hermana y mi tía?
- ¿Por qué rayos quieres ir a un antro? - pregunto algo molesta.

Sinceramente no me gusta que mi hermana fuera a sitios en donde la fiesta termina a las 4 o 5 de la mañana y en donde no sabes lo que pueden poner en tu bebida, pero conociéndola como es, me tomaría como 500 vidas tratar de convencerla y aun así no lo lograría.

- ... no te prometo nada, pero veré que puedo hacer - digo rodando los ojos y suspirando por lo cansada que me encontraba.
- ¿Enserio? ¡Gracias! por eso te amo - si claro, como no.
- Convenenciera - digo con una sonrisa y un tono irónico.

Salgo de la habitación de mi hermana estoy algo cansada así que dormiría por una rato, después de todo termine el proyecto y la investigación que me encargaron para la próxima semana así que podía tomar un descanso. Me dirijo a mi habitación que está a 2 metros y medio del cuarto de Laila. Al abrir la puerta de la habitación de inmediato note como mi iPod no estaba encima del escritorio donde lo deje esta mañana.

- ¡LAILA! - grito en un momento de total enojo.

Ella sabe que me molesta que tomen mis cosas sin mi permiso, por algo son mis cosas. Escucho la perilla de la habitación de mi hermana girarse, la miro asomarse y sonríe de forma sínica.

- Lo siento, sabes que el mío está en reparación además tu llevas tu celular a la escuela y dejas tu iPod en casa y pensé que no te importaría - finalizó asiendo gesto de estar avergonzada y arrepentida.
- Entonces solo me gustaría que por lo menos me avisaras la próxima vez - digo tratando de mantener la calma.
- ¡Si, lo hare! otra cosa. ¿Me dejas llevármelo al antro? - en un rápido movimiento le arrebaté el pequeño aparato dándole mi respuesta.
- NO - finalizo cerrando la puerta de mi habitación.

Solo podía escuchar sus estúpidos ruegos y suplicas en los cuales a ningunos cedí. No me importa prestarle el iPod, es solo que me molesta que fuera tan accesible con sus amigas que se que si se lo llegaba a prestar, regresaría en muy, muy mal estado por culpa de ellas, así que preferí no arriesgarme.

Observo mi cuarto detenidamente.

Mi habitación es lo contrario a la de Laila. En la esquina superior izquierda esta una ventana que se dirige hacia un pequeño claro, tiene cortinas transparentes blancas, enfrente de la ventana esta mi cama, tendida con sábanas blancas un cobertor negro y una almohada blanca, arriba de la cama se encuentra mi computadora portátil color negro, al lado de la cama una gran librero en donde tengo más de 80 libros de diferentes géneros y varias sagas. Unos leídos más de 5 veces, otros solo una vez, otros que aún no acababa de leer y otros que ni siquiera había comenzado. En frente del librero está la puerta de salida y entrada que se encuentra cerrada y yo recargada en ella. El lado derecho de la habitación hay dos puertas blancas, un closet, en donde guardo cosas como la ropa cosas para el cabello y la cara: perfumes, toallas para el baño, zapatos, entre otras cosas. En el centro de la habitación hay un tapete redondo color blanco y sobre él está un cojín negro y redondo, grande para sentarse en él, y enfrente de él, hay 2 libros tirados. En la esquina inferior izquierda está un escritorio con una computadora, un bote con lápices, un cuaderno y una lámpara de lava.
Me deslizo por la puerta hasta quedar sentada en el suelo con la cara en mis rodillas. Tengo un pensamiento, en donde mi hermana pudiera ser drogada y abusada, otro en donde la pudieran secuestrar. Muchas cosas pasan por mi cabeza sin poderlo evitar, pero le tengo la suficiente confianza a mi hermana, como para saber que ella no hará nada peligroso, a menos que esta sea retada por sus amigas.

- aff Dios ¿En qué lio me he metido? - suspiro de forma cansada y derrotada.

No pude ni dormir de lo tensa que estoy y tengo que aclarar mis ideas para hablar con mi tía.

Más tarde me encuentro dialogando con mi tía Celeste sobre dejar ir a mi hermana al antro, pero por más que insistía e intentaba buscar algo valido y verle el lado bueno, no podía convencerla era como hablar con un ancestro, literalmente creo que si estoy hablando con uno, y además no tenía nada bueno el dejarla ir, pero bueno que se le podía hacer.
Estamos las dos sentadas en unos de los sillones de la sala de estar, que son de color café, la habitación es de color blanco hay varios cuadros colgados, no eran la gran cosa o algo que nos hubiera salido caro, mi hermana y yo los hacíamos para mi tía, ya que quería tener la sala decorada o para que no se viera tan triste. En el centro de la sala esta una mesa de cristal con varios cuadros con fotografías de toda la familia y en medio un florero.

- Escúchame tía, tal vez si solo por esta vez la dejamos ir puede que, no vuelva a pedir permiso en un largo tiempo – lo dudo, intento que mis palabras salgan tranquilas, ya que estaba planeando resignarme y dejar esta estupidez, me encuentro realmente cansada.
- Pensé que estabas de mi parte, no sabes lo que puede ocurrir en esos lugares, Génesis ¿Cómo puedes acceder a lo que tu hermana te está pidiendo? - de la misma forma que accedo a todas tus estupideces, pienso.
- Mira tómalo por el lado bueno, si ella llega después de las 2 de la madrugada, queda castigada y estará consciente de que no puede pedir permiso de ir a ninguna parte excepto a la biblioteca o casa de sus amigas para estudiar o hacer trabajos. Fuera de eso, ella tendrá que regresar a casa de inmediato después de salir del colegio - ese es mi último recurso de ayudar a mi hermana si no funciona, desistiré y me iré a dormir.
- mmm - mi tía adopto una pose pensativa y analítica, solo espero que diga sí o no para poder irme a dormir estoy tan cansada - está bien, la dejo ir, pero si le llega a pasar algo a Laila sobre tu conciencia quedará - finalizó mi tía levantándose del sillón y se retiró a su despacho.

Tan difícil es llevarse bien con esta familia... bueno no se pude complacer a todo mundo. Suspiro cansada.

- ¿Estas Feliz? - pregunto echando la cabeza para atrás.
- ¡SI! - de la nada sale mi hermana por detrás del sillón abrazándome por el cuello casi ahorcándome - gracias, te debo una - dijo sonriendo alegre.
- Me debes muchas - digo con indiferencia - más las del año pasado - digo haciendo cálculos en mi cabeza - además, lo de si te retrasas estas castigada... va enserió - finalizo levantándome del sofá.
- ¡QUE! - gritó de forma exagerada.

Subo las escaleras que tiene una curva, fui directo a mi habitación tengo mucho sueño y quiero dormir. Por una vez en mi vida no quiero pensar en nada, solo quiero dormir, relajarme y olvidarme de todos mis problemas tanto como de mi carrera como de mi familia.
Realmente estoy harta de mi rutina diaria, es cansado tener que tratar con mi familia, es como si todas las cosas que hiciera, no le tomaran importancia alguna. Me gustaría que mi abuela siguiera con vida, ella me ayudaba constantemente, tanto con mi tía como con mi hermana, era divertido cuando ella estaba aquí, cuando jugábamos, hacíamos postres o ella y yo hacíamos travesuras con tal de molestar a todas sus hijas, pero nada fue igual después de ese maldito accidente. Mi abuela falleció, y para ser sincera a la que más le afecto su muerte fue a mí, incluso más que a sus hijas, tuve que ir con un psicólogo ya que no lograba dormir y tuve un episodio de depresión, por el fallecimiento de mi abuela. Actualmente sigo yendo con el psicólogo.

Dejo de pensar he caído en un sueño muy profundo y lo único que hago es soñar con una vida tranquila la cual no tengo porque tengo que tomar la responsabilidad de mi tía y mi hermana.

Despierto de forma tranquila y miro el reloj que marca las 10:00pm. ¿Tanto dormí? Demonios. Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta, camino por el pasillo y llego a las escaleras y comienzo a bajarlas y me dirijo a la sala para ver a mi tía, el pasillo está iluminado por una luz tenue, pero al llegar a la sala veo como esta toda obscura.

- ¿Tía? - hablo en tono inseguro esperando a que me respondan, pero no oigo nada.

Prendo las luces ya que a pesar de tener 18 años aun siento miedo por la oscuridad como una bebe. Después me dirijo a la habitación de mi tía, cuando abro la puerta me doy cuenta de cómo su cama sigue tendida. ¿Seguirá en el despacho? Salgo para verificar que siga en su pequeña oficina pero al llegar ahí y abrir la puerta no hay nadie, todo está obscuro.

- ¡Laila! - Grito llamando a mi hermana, pero recuerdo entonces que me dijo que se iría a las nueve. - ¡Maldición! - digo un poco frustrada.

Suelto un grito ahogado al escuchar sonar el teléfono, me dirijo hacia él y levanto la bocina.

- ¿Diga? - no se escucha ninguna voz, solo interferencia en la línea, esto me empieza a poner muy nerviosa- ¿Hola? - sigo sin tener respuesta, entonces cuando pienso en colgar…
- …Gen…gen…ah… - empiezo a desesperarme y tengo la opción en mi mente de grita pero me tranquilizo.
- Si esto es una broma será mejor que pare o llamare a la policía - digo mientras permanezco con la bocina en mi oído intentando por todos los medio de no salir corriendo.
- Gene… Genes… ah - aprieto con mis manos la bocina y puedo sentir como todo mi cuerpo empieza a ponerse muy frio, además siento que en cualquier momento me desmallare. - Genes… - estoy a punto de colgar cuando - … Génesis, corre. - colgué el teléfono y corro a mi habitación cerrando la puerta con llave.

Me subo a mi cama y me quedo observando la ventana no había encendido ninguna luz en mi cuarto solo estaba la luz de la luna. Estoy muy asustada, por un momento pienso que solo es una broma de algunos de mis compañeros de clases. –“Pero ninguno de ellos sabe mi teléfono” – después pienso que tal vez lo consiguieron de la oficina de la dirección, pero aun así ¿Por qué querían asustarme a mí? Con ellos jamás he hablando y con los pocos que hablo son solo para explicar algunas cosas que no hayan entendido de la clase.

Siento como todo mi cuerpo empieza a temblar y veo mi mano totalmente pálida. En ese instante suelto un grito tan fuerte que estoy segura de que la vecina me escucho. El maldito sonido del celular me saco un buen susto me paro a tomarlo de mi escritorio y veo el nombre.

“Laila”

- ¿Qué? - pregunto de una forma muy molesta.
- ay, pero que genio te cargas, ¿te desperté? Digo, para que me hables tan feo. - dice mi hermana.
- no, es solo que… - pienso antes de decirle a mi hermana lo ocurrido - es que no encuentro a mi tía por ningún lado. - digo tratando de sonar lo más tranquila posible porque puedo sentir como mi respiración está muy agitada.
- ah sí sobre eso. Mi tía me llamo dijo que tenía que salir a un viaje de negocios, que te iba a despertar para avisarte, pero mejor que dejo una nota, y como pensó que tal vez no la verías me llamo para que te dijera. - bueno por lo menos sé que mi tía no está en casa. - ¡ah! También te iba a decir que si me dejas quedarme en casa de una amiga, ya le llamamos a su mama para que estés enterada de que voy a llagar temprano a su casa. Anda di que si por favor. - ok, mi hermana quiere quedarse en casa de una amiga mientras yo estoy aquí muerta del miedo.
- no mi tía dijo que de el antro a casa - digo un poco más firme en mi voz.
- ya le pregunte a mi tía y dijo que sí, que solo te avisara, ¿ok? Así que nos vemos mañana duerme bien. - me colgó sin siquiera dejarme decirle nada.

Bien tranquilízate Génesis nada malo sucederá porque te quedes sola por una noche… ¿o sí? Escucho un fuerte estruendo en lo que me parece ser la sala. Intento comunicarme con mi hermana pero su celular se encuentra apagado, escucho sonidos de pasos en el pasillo, estoy sudando y mi respiración se empieza a agitar demasiado, siento que en cualquier momento el aire se me acabara y ya no podre respirar más. Marco nuevamente, esta vez el número de la policía, pero… mi maldito saldo se ha acabado, maldita suerte la mía.

Escucho el sonido de los pasos cercas de mi habitación, salto de la cama, corro hacia mi closet y ahí me encierro. Trato de mandar un mensaje a mi tía pero el celular me dice que la pila está agotada. Sera que dios realmente quiere que muera hoy, no me importaría morir, pero me gustaría por lo menos que no me doliera a la hora en que me asesinen. Escucho la perilla de mi puerta siendo girada y al atascarse empieza a ser forzada para que se abra, empiezo a escuchar golpes del otro lado de la puerta, creo que pretende tirarla. Los golpes en la puerta son cada vez más fuertes, lo único que hago es cubrir mis oídos intentando calmarme y pensar con claridad… se me ocurre salir por la ventana, esa era mi única opción para pedir ayuda, pero de pronto…

- agh! – ahogo un grito, siento como algo en el bolsillo de mi pantalón sonó… es mi ipod, estuve a punto de ponerme a llorar, eh internamente me encontraba agradeciendo a dios por tener mi bendito aparato, pienso que tal vez es mi tía pero cuando observo el mensaje.

“Si no quieres morir, no salgas del closet.”

Siento que mis ojos están a punto de salirse de mis parpados… ¿qué demonios está pasando? No soporto más, siento como mis lágrimas empiezan a fluir mientras sigo escuchando esos estruendosos golpes al otro lado de la puerta, está a punto de derribarla, lo presiento. Tapo mi boca con mi mano para callar mis sollozos, siento que con mi propio llanto me estoy ahogando y de repente todo se empieza a poner negro. Siento frió alrededor mío, pero ya no escucho los golpes no siento nada.